LA FE Y LAS MONTAÑAS de Augusto Monterroso © Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios. Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía. La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de Fe. ANÁLISIS DE “LA FE Y LAS MONTAÑAS” DE MONTERROSO por Héctor Zabala © ANTECEDENTES Esta narración corta reconoce como antecedentes tres textos bíblicos ...
Terrible noticia. Parece que nunca desaparecerá la barbarie ni los bárbaros.
ResponderEliminarTENÉS MUCHA RAZÓN, DAVID. Gracias por publicar en el blog. Esto no lo había visto. Y es importante tenerlo aquí. Un abrazo.
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