Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2015

LA CONTRADICCIÓN EXTREMA: INVESTIGADORES CRISTIANOS

Imagen
Investigadores cristianos: entre el Dr. Jekyll y Mr. Hyde Aunque ciencia y religión son conceptualmente excluyentes, puesto que mientras la primera está siempre en constante búsqueda y perfeccionamiento poniendo a prueba sus hipótesis, la segunda exige una total sumisión intelectual a planteamientos absolutamente irracionales que se mantienen incuestionables independientemente de las pruebas que existan en su contra, hay una categoría muy particular de individuos que intentan denodadamente (y por supuesto sin ningún resultado) armonizar estas tan contradictorias facetas humanas: son los científicos cristianos. Y quizás el ejemplo más paradigmático de esta cada vez más rara especie en vías de extinción son los astrónomos del observatorio del Vaticano, personas que generalmente han realizado un doctorado en ciencias y que además de ser sacerdotes o monjes católicos a su vez poseen estudios teológicos. Y es evidente, tal y como comentó el famoso Dr. Monod, que en estos individuos

Eduardo Galeano 1

Imagen

LA FACULTAD DE FILOSOFÍA

Recuerdos de una estudiante -que fue- de Filosofía. La facultad. Hace ya algún tiempo, en los comentarios que me dejan en las entradas de este blog, Javi me preguntó por mi experiencia en la facultad de filosofía. Voy a tirar de memoria y les cuento. Suelen decir que los años de universidad son los mejores y yo no voy a negar ese principio casi universal, aunque reconozco que intelectualmente esperaba algo más. De hecho, estoy aprendiendo más sobre filosofía “después de” que “durante”. En la facultad, como en todos lados,  “hay gente pa tó”  -como le dijo el torero a Ortega-. Hay profesores a los que terminas admirando, y deseando que lleguen sus clases para absorber todo el jugo de las horas que pasas con ellos en el aula, pero también están los otros, aquellos que hacen de la filosofía algo gris y muerto, a los que les preocupa más sus artículos e investigaciones que transmitir conocimientos y  “despertar al filósofo”  que llevamos dentro los alumnos. También hay un tercer ti