Una razón por la que los ateos no creemos en dioses
Los dioses, por ejemplo Apolo, Jehová, Tutatis, Anubis o Thor, son creaciones humanas, de alta improbabilidad real, que le dan sentido a aquello que no se puede explicar de otro modo, o no se adapta estadísticamente a nuestros deseos personales. Permitían, cuando no existía otra explicación, dar sentido y seguridad a la existencia, y dar alguna forma imaginaria de controlar la realidad por medios mágicos. Con probabilidad extremadamente alta, los dioses solo existen en los confines de las mentes de las personas que creen en ellos. No creo en ninguno de ellos, al igual que la mayoría de los creyentes en uno de ellos, por la misma razón que no creo en la existencia de elefantes rosados orbitando en torno a júpiter. No hay pruebas objetivas de ello, y no me corresponde a mi demostrar que no existen dichos elefantes.