RECORDAMOS A GIORDANO BRUNO

Un 17 de febrero de 1600 la Iglesia Católica quemó vivo al filósofo librepensador Giordano Bruno. Bruno que no creía en un centro del Universo no solo adhirió al heliocentrismo sino que además creía que las estrellas eran soles que tenían planetas propios y que estaban habitados. La Iglesia se escandalizó, no solo por ello, sino por su ataque al clero. A diferencia de muchos herejes Bruno nunca abjuró. Por el contrario, Giordano Bruno dedicó a los ensotanados verdugos el poema que aquí se reproduce. Decid, ¿cuál es mi crimen? ¿lo sospecháis siquiera? Y me acusáis, ¡sabiendo que nunca delinquí! Quemadme, que mañana, donde encendáis la hoguera, Levantará la historia una estatua para mí. Yo sé que me condena vuestra demencia suma, ¿Por qué?…Porque las luces busqué de la verdad, No en vuestra falsa ciencia que el pensamiento abruma Con dogmas y con mitos robados a otra edad, Sino en el libro...