BRUJERÍA, POSESIONES DEMONÍACAS Y EXORCISMOS EN EL SIGLO XXI


el exorcista posesion demoniaca exorcismo diario de un ateo supersticion iglesia catolicaHistóricamente el comportamiento fuera de la norma imperante en cada sociedad ha sido el ejemplo por excelencia del predominio de la superstición frente a la racionalidad. Así a lo largo de los tiempos, innumerables personas han sido estigmatizadas, excluidas, perseguidas y muchas veces asesinadas por una ignorante mezcla de enfermizo miedo y fanatismo religioso simplemente por padecer algún desequilibrio psíquico, por demostrar alguna rareza o incluso por sobresalir en sus aptitudes intelectuales.
Y aunque a cualquier persona medianamente instruida pueda parecerle que estos hechos son cosa del oscuro pasado de nuestra especie, ya superados y únicamente presentes hoy en día en la ficción literaria o cinematográfica, la realidad es otra muy distinta. En la actualidad en numerosos países africanos es mayoritaria la creencia en hechizos y posesiones demoniacas, y aunque generalmente la población asocia la brujería a mujeres de edad avanzada (como era habitual en nuestra cultura occidental) los niños pueden ser también sospechosos. Así, si un infante habla o se comporta como un adulto o es insolente con sus mayores puede ser tachado de brujo. Y por supuesto como siempre, las niñas se llevan la peor parte en este supersticioso entorno, ya que éstas además pueden ser acusadas de brujería si demuestran aptitudes sobresalientes en el colegio o presentan interés por las ciencias o las matemáticas, puesto que en estas sociedades profundamente machistas y tradicionales al género femenino se le considera mentalmente inferior al varón. Muchos de estos indefensos acusados han debido huir de sus hogares y actualmente sólo en Ghana sobreviven en condiciones penosas alrededor de mil mujeres y cerca de 700 niños en los denominados campamentos de brujas situados en el norte del país. También tal y como denuncia UNICEF, en todo el continente miles de estos niños brujos perseguidos en sus comunidades de origen malviven en los suburbios de las grandes ciudades africanas donde el anonimato les sirve de refugio. Y las consecuencias de estas acusaciones pueden ser todavía más terribles que la simple exclusión, abandono o persecución, ya que ese mismo informe de UNICEF indica que existen evidencias documentadas de asesinatos de supuestos niños brujos en al menos seis países del continente. Y bajo el sustrato animista de estos países, las religiones organizadas lejos de luchar contra el problema lo agravan, ya que varias iglesias cristianas principalmente laspentecostales y los movimientos cristianos proféticos como los carismáticos o revivalistas se encargan de propagar el miedo a la brujería y de legitimar su persecución incluyendo a menores tal y como sigue denunciando UNICEF.
Y muchos de ustedes, confortablemente situados en nuestro privilegiado y avanzado mundo occidental, opinarán que estas terribles pero anticuadas visiones están restringidas en la actualidad al depauperado tercer mundo. Y por desgracia se equivocan. Además de los diversos telepredicadores norteamericanos que expulsan demonios en cada una de sus actuaciones (según diversas estadísticasel 40% de los estadounidenses creen en posesiones demoniacas), la iglesia católica tiene exorcistas en activo en todo el orbe cristiano. No sólo eso, sino que en el año 2000 el propio papa Juan Pablo II y otros altos cargos de la curia vaticana realizaron un exorcismo a una italiana, que por cierto fracasó estrepitosamente ya que fueron humillantemente derrotados por el espíritu demoniaco que poseía a la joven según relato de testigos. Más recientemente, el pasado año 2011 médicos del departamento de psiquiatría del Hospital Clínico de Madrid publicaron en una revista científica especializada el caso médico de una joven diagnosticada de esquizofrenia paranoide que durante su tratamiento psiquiátrico fue sometida (sin consentimiento profesional alguno) a múltiples exorcismos que acabaron interfiriendo con la medicación. Y con el agravante de que los sacerdotes católicos oficiantes conocían la historia clínica previa de la paciente, tanto en su diagnóstico como en el tratamiento prescrito. Por supuesto, ni en este ni en ningún otro de los múltiples casos ocurridos en las últimas décadas, los exorcistas (todos ellos occidentales y por tanto no pertenecientes a una tribu perdida, no lo olvidemos) jamás han sido acusados de intrusismo profesional, imprudencia temeraria o cualquier otro delito punible al someter a personas temporalmente discapacitadas a sus cavernarios ritos chamánicos.
¿Y qué dice a todo ello la ciencia médica? Pues generalmente muy poco. Es bastante habitual, como en el caso comentado anteriormente, que los médicos simplemente asuman como un mal menor o una desagradable interferencia pero tolerable al fin, el ignorante y dañino intrusismo de los mediadores de lo divino. ¿Alguien recuerda no ya una denuncia sino algún comunicado o declaración de cualquier asociación de psiquiatras o neurólogos oponiéndose a estas absurdas y peligrosas prácticas en los supuestamente civilizados países occidentales.
(gracias por la información a ateo666666)

Comentarios

  1. Interesantísimo artículo. La superstición no conoce de nivel socioeconómico ni cultural. El miedo a un demonio, al diferente, al desconocido, es algo muy arraigado en el subconsciente humano.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario y recordá que:

"La búsqueda de dios es una ocupación inútil, pues no hay nada que buscar donde nada existe. A los dioses no se los busca, se los crea"
Maksim Gorki

Entradas populares de este blog

UN INCREÍBLE RELATO DE MONTERROSO

Compatriota de Chascomús CLONA UNA VACA (muerta)