BASTA YA DE MALGASTAR EL DINERO EN VITAMINAS Y SUPLEMENTOS MINERALES


suplementos vitaminicos minerales estafa peligroEste es el demoledor título de un reciente editorial de la prestigiosa revista médica “Annals of Internal Medicine” que sirve de introducción a una serie de artículos científicos publicados sobre el posible papel de vitaminas y suplementos minerales en la prevención o progresión de diversas enfermedades crónicas y su efecto sobre la tasa de mortalidad.
Desde que allá por los años 60 del siglo pasado el genial, pero también muy controvertido premio Nobel Linus Pauling propusiera en su ya célebre artículo la medicina ortomolecular con las bondades de la vitamina C para curar prácticamente todas las enfermedades incluido el cáncer e incluso prevenir el envejecimiento, en el mundo desarrollado hemos sido bombardeados durante décadas por toda una bien orquestada maquinaria publicitaria a través de los medios de comunicación, algunos profesionales médicos, defensores de las medicinas alternativas, nutricionistas diversos, etc., en la que se nos ha intentado convencer (que a pesar de ser en principios individuos sanos) teníamos la necesidad de ingerir de manera regular (hasta muchas veces hacernos prácticamente adictos) altas dosis de vitaminas y de suplementos minerales para mantener o mejorar nuestra salud.
Así en farmacias, herbolarios, parafarmacias y hasta en supermercados han proliferado multitud de preparados que contienen infinidad de vitaminas y oligoelementos (hasta parece que hay una competición para saber que fabricante es capaz de incluir mayor número de estas sustancias en una pastilla) y que incluyen extracto de ginseng, con bifidobacterias para potenciar el sistema inmune, con Omega 3 o que facilitan el crecimiento tanto físico como mental de la infancia.
Sin embargo, a lo largo de los años diversos estudios han sido incapaces de encontrar ningún efecto beneficioso de estos suplementos de vitaminas y minerales en la prevención de la enfermedad crónica o de la salud de los ciudadanos en general. Y es más, existen evidencias de ensayos clínicos que muestran que altas dosis de suplementos de vitaminas A y E aumentan la mortalidad. Pues bien, en el número de diciembre de la revista “Annals of Internal Medicine” se han publicado otros tres estudios relacionados con el tema.
El primero, un metaanálisis con más de 400.000 participantes, concluye que no hay evidencia clara de un efecto beneficioso de estos compuestos tanto en forma de suplementos multivitamínicos como de vitaminas individuales o pareadas ni en mortalidad general achacable a cualquier tipo de causas, ni tampoco en mortalidad más específicamente relacionada con las enfermedades cardiovasculares o el cáncer. El segundo, realizando un seguimiento a cerca de 6.000 personas indica que la ingesta diaria de complejos multivitamínicos durante más de 12 años no previene ni impide de ningún modo el deterioro cognitivo en varones de la tercera edad. El tercer estudio tampoco mostró ningún beneficio de los suplementos multivitamínicos y multiminerales en 1.708 hombres y mujeres con infarto de miocardio previo.
Es por ello que los editores de la revista indican taxativamente que
La gran cantidad de evidencia acumulada tiene importantes las implicaciones clínicas y de salud pública. La evidencia es suficiente para desaconsejar la administración de estos suplementos de manera rutinaria y estos resultados nulos y negativos deberían llevarnos a actuar. El mensaje es simple: la mayoría de los suplementos no previenen enfermedades crónicas o la muerte, su uso no está justificado y debe ser evitado. Este mensaje es especialmente cierto para la población en general en donde no hay evidencia clara de deficiencias de micronutrientes, quienes representan a la mayoría de los usuarios de estos suplementos tanto en los Estados Unidos como en otros países.
Y la editorial termina con un categórico llamamiento
En conclusión,  los suplementos de caroteno, vitamina E  y posiblemente altas dosis de vitamina A son perjudiciales. Otros antioxidantes, vitaminas B y ácido fólico y suplementos multivitamínicos y minerales son ineficaces para la prevención de la morbilidad o de la mortalidad debidas a las principales enfermedades crónicas. Aunque la evidencia disponible no descarta pequeños beneficios o daños [en la población general] o grandes beneficios o grandes daños en un pequeño subgrupo de la población, pensamos que el caso está cerrado. Complementar la dieta de adultos bien alimentados con suplementos de (muchos) minerales o vitaminas no tiene ningún beneficio claro e incluso podría ser perjudicial. Estas vitaminas no deben ser utilizadas para la prevención de enfermedades crónicas. Ya es suficiente.
En resumen, que los suplementos multivitamínicos son solo una forma derrochadora de colorear la orina. Además este editorial es todo un torpedo a la línea de flotación de infinidad de empresas, ya que cuestiona severamente al menos la moralidad y quizás hasta la legalidad de seguir intentando vender este tipo de compuestos a personas por otra parte sanas. Veremos si ahora las autoridades sanitarias de los diversos países toman conciencia de estos hechos y defienden, frente a los importantes intereses comerciales creados, los derechos de los ciudadanos a recibir una información veraz y contrastada sobre el importante tema que siempre es la salud y la sanidad. Ello por supuesto, implicaría prohibir todo tipo de publicidad (que suele oscilar entre el engaño y la estafa directa) de estos inefectivos cuando no peligrosos productos pseudomédicos.
Y todo ello sin entrar en el detalle que esta filosofía curativa pseudocientífica de la medicina ortomolecular puede llevar al más terrible desastre sanitario cuando se impone a la verdadera medicina, tal y como desgraciadamente ocurrió en Sudáfrica a principios de este siglo. Allí el médico vendedor de vitaminas Matthias Rath con su Alianza por la Salud entre otros, convenció a la ministra del sanidad del momento, la doctora Manto Tshabalala-Msimang (firme defensora de la “medicina tradicional” y del nutricionismo) y al presidente Thabo Mbeki de que el VIH y el SIDA eran una invención de científicos sin escrúpulos al servicio de las multinacionales farmacéuticas. Y lo que es peor, que los síntomas de esa terrible enfermedad que asolaba África se podían curar con suplementos vitamínicos (que por supuesto vendía una empresa del propio Rath) junto con una dieta natural a base de zumos y verduras. Así que el gobierno sudafricano interrumpió la compra e incluso la donación por parte de ONGs de los medicamentos antirretrovirales, ante la perplejidad y las protestas del estamento médico y científico tanto nacional como internacional con el macabro resultado final de cientos de miles de muertes. Así, el trasladar pseudociencia engañosa desde nuestro confortable primer mundo, en donde existen fuertes controles médicos, sociales, legales y judiciales que impiden que empresarios avaros y sin escrúpulos como Rath puedan causar excesivo daño (aparte de aligerar año tras año el bolsillo de los más crédulos) a países del tercer mundo (en donde una mala decisión del gobernante de turno debida a la ignorancia científica) puede condenar a la muerte a cientos de miles de sus conciudadanos. Y ya como corolario final, el Dr Rath continúa difundiendo su “maravillosa” terapia sin obstáculo alguno en medio mundo.
P.D.
Y lo verdaderamente descorazonador de todo este asunto es que estos complejos y tediosos ensayos, que implican el seguimiento de miles de pacientes durante décadas para llegar a concluir que estos compuestos no son más que una derrochadora forma de efecto placebo no van a servir para mucho. Porque todas estas compañías tienen muy bien definida su estrategia:
¿Que unos científicos han demostrado que las multivitaminas no curan el SIDA, que lo suplementos minerales no previenen el infarto, que las dosis masivas de oligoelementos no ayudan contra el cáncer de páncreas? Estimados consumidores, nosotros como empresa (únicamente interesada en su bienestar) les aseguramos (hasta que se haga el correspondiente estudio, por supuesto) que nuestro producto es muy bueno para prevenir el cáncer de piel o de hígado, para mejorar el desarrollo intelectual de su hijo, para combatir los efectos de la menopausia o ya puestos para curar las hemorroides y hacerles rejuvenecer un par de décadas. Eso sí, no esperen ningún estudio científico serio en donde demostremos estas maravillosas propiedades saludables de nuestras pastillas, nuestra palabra debe ser suficiente ¿o no?
En resumen, que hasta que no se aplique a todos estos productos los mismos requisitos que a cualquier medicamento (es decir, que antes de su comercialización demuestren su eficacia) este campo seguirá abonado para que cualquier individuo o empresa desaprensivos, con pocos escrúpulos y mucha avaricia sigan estafando a pobres incautos con las maravillosas propiedades de esas pastillas rebosantes de oligoelementos y vitaminas varias.

Comentarios

  1. Hola Lidi, La salud es un negocio. el artículo habla de vitaminas pero, ¿y las enfermedades inventadas por las farmacéuticas? Esas enfermedades que no son más que estados de la vida (cansancio, caída del cabello, colesterol ...)y que se diagnostican para adquirir esos medicamentos inútiles. Por no hablar de los productos pseudobiológicos (yogures, lacteos,...) con bifidos activos, bajos en colesterol, trigliceridos, Omega 3 y demás bobadas.
    La sociedad vende un irreal e ideal concepto de salud, de belleza, de perfección, que es inalcanzable... salvo que tomemos estos productos, claro. Saludos

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  2. Leyendo sobre otros temas ví que el exceso de vitamina A sí produce daño. Sobrehuesos creo que era.
    Pero al menos las vitaminas son algo que te dan esos suplementos, más asombroso es la homeopatía, el agua destilada más cara del mundo.

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