¿MEDICAMENTO MILAGROSO? jajaja

MMS: ahora un medicamento no se descubre, se vota

19 noviembre, 2012
 

Un impulsor del MMS es detenido en Ibiza mientras sus partidarios recogen firmas y declaraciones juradas para que se retiren los cargos y se legalice el producto.
Hace tiempo dedicamos un artículo a las mágicas propiedades del llamado Suplemento Mineral Milagroso (MMS, de sus siglas en ingles Miracle Mineral Solution), que ha recibido hasta la fecha más de 600 comentarios. El supuesto medicamento milagroso no es más que dióxido de cloro, que si bien puede servir para potabilizar y desinfectar agua, resulta no ya inocuo sino muy peligroso como para ser ingerido directamente. De hecho, en 2010 la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ordenó su retirada del mercado.
A pesar de todo ello, sus vendedores siguen afirmando que cura todo tipo de enfermedades, incluso podemos encontrar algunas webs donde hablan de tratar el SIDA mediante gotitas de dióxido de cloro. A su toxicidad debe sumarse así el daño que puede suponer abandonar un tratamiento serio por cualquiera de estos remedios alternativos sin ninguna garantía. Y es que la efectividad y toxicidad de un medicamento no puede ser tomada a la ligera. No sirve que cualquier iluminado realice (o diga que ha realizado) cuatro pruebas incontroladas para poner en circulación un producto supuestamente terapéutico. Por ello, para legalizar y comercializar un medicamento es preciso cumplir un complejo protocolo de investigación y ensayo, que hemos comentado en más de una entrada de La Ciencia y sus Demonios y que persigue tanto comprobar su efectividad como descartar con el más alto porcentaje posible cualquier tipo de efecto nocivo. Con la salud y con las cosas de comer, no se juega.

Todo esto viene a que me ha llegado al correo un mensaje en el que me comunican que hace unos días detuvieron en Ibiza a un tal Andreas Kalcker por ser “impulsor del conocimiento sobre usos médicos del MMS (Dióxido de Cloro)“. Parece ser, según el mensaje, que el individuo se enfrenta a una denuncia por delito contra la salud pública, al dar una serie de conferencias sobre el uso del MMS. El autor del mensaje solicita apoyo no solo para el Sr. Kalcker, sino para que se “legalice de una vez por todas el uso medicinal de dicho producto” (sic!), mediante una campaña de recogida de firmas y de presentación de “declaraciones juradas de uso y efectividad del MMS“. Pero ¿es un buen método someter a la votación pública la viabilidad y comercialización de un producto farmacéutico?
Aquí nos enfrentamos, en último término, a dos métodos diferentes para conocer el mundo y encontrar aplicaciones a estos conocimientos: de un lado, el saber “ancestral”, basado en la mitología, la experiencia, el ensayo y error y la apreciación subjetiva; no se trata de nada nuevo, al contrario, es un método que la humanidad lleva desarrollando desde sus orígenes. Por el otro lado, se encuentra el método científico, relativamente reciente en nuestra historia y que se basa en el planteamiento de hipótesis que son comprobadas o refutadas experimentalmente. Obviamente, ambos métodos obtienen resultados, pero la diferencia es muy grande, y el segundo gana por goleada. Mediante el primero, seguimos estudiando las cartas astrales para no ser capaces de prevenir ni una caries; por el segundo, hemos curado la viruela, escribimos en un ordenador para que nos lean desde el otro extremo del planeta y hemos llegado a Marte.
Aún así, mucha gente sigue abrazando estos remedios pseudocientíficos sin más base real que extrañas teorías y testimonios personales. No debemos extrañarnos, dado que sin la formación necesaria nos puede resultar aún más incomprensible el mecanismo de acción de un antirretroviral que el de unos energéticos pases de manos. La cultura al alcance de todos, la educación pública, gratuita y generalizada, es la única herramienta que nos puede permitir discernir el trigo de la paja, elegir con conocimiento y por lo tanto, con libertad. Por muchas opciones que tengamos, si elegimos sin conocimiento no estamos ejerciendo libertad alguna, sino sufriendo todo tipo de manipulaciones. Por eso les molesta tanto a algunos la educación pública, y así lo estamos sufriendo en estos tiempos.
Por todo esto, no podemos decidir por votación popular cuál es el medicamento que cura el resfriado, cuáles son las causas del SIDA ni cuál es el peligro de las vacunas. Por muy demócratas que seamos, más nos conviene basarnos en pruebas lo más objetivas posibles, y a todos nos consta que una opinión o una preferencia personal suelen ser todo lo contrario.

Y PARA REIRNOS UN POCO, UNA PARODIA DE LA MEDICINA ALTERNATIVA
http://www.youtube.com/watch?v=ulrHZFnOnnY




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