AVANCES EN EL CAMPO DE LA INFERTILIDAD MASCULINA

En un encuentro amoroso, ingresan en el aparato reproductor femenino por lo menos 40 millones de espermatozoides, de los cuales sólo la mitad pueden aspirar a llegar al aparato genital interno de la mujer. Y de ellos, apenas 500.000 superan la "carrera de obstáculos" que deben afrontar para alcanzar el óvulo. Quedan por el camino los que carecen de una buena movilidad, presentan defectos morfológicos o tienen su ADN fragmentado, entre otras variables biológicas. 



"Sabiendo que los óvulos pertenecían a mujeres jóvenes, pudimos eliminar el factor femenino y evaluar solamente el masculino", dice la especialista. Y agrega la licenciada Florencia Nodar, directora del Laboratorio de Embriología del mismo centro: "En quienes no utilizaron esta técnica, se alcanzó una tasa de embarazo exitoso de sólo el 23% y hubo un 17% de abortos tempranos; en los casos en que sí se empleó, los embarazos fueron el 43% y la tasa de abortos fue del 5%".
Kopelman y el equipo del Cegyr, que hace dos años habían mostrado que es posible detectar y separar los espermatozoides dañados con un método no invasivo, probaron ahora que esa técnica (llamada "separación magnética por columnas de Anexina V") permite duplicar la tasa de embarazos viables. Lo hicieron estudiando a 155 parejas tratadas durante 2009 y 2010 dentro del programa de ovodonación (y que recibieron óvulos de mujeres de entre 22 y 28 años) .

"Es un marcador inicial de la muerte celular -detalla-. Lo que permite separarlos es que se encontró la manera de acoplar la Anexina, que es un conjugado proteico con alta afinidad por esta molécula, con nanoesferas de metal (de 50 mil millonésimas de metro) que se mezclan con la muestra que se está incubando. Así, los espermatozoides dañados se adhieren a las esferitas y, al pasar por un campo magnético, quedan adheridos a las paredes de la columna mientras los sanos fluyen, y pueden ser recuperados y utilizados durante un procedimiento de fertilidad asistida."
El espermatozoide que tiene su ADN fragmentado tiene las horas contadas. "Sufre la muerte celular programada [apoptosis]  Se suicida porque tiene una «falla de fabricación». Pero cuando la hebra del ADN está rota, libera una especie de señal que puede detectarse con un marcador fluorescente que se ancla en esa región. Lo que vemos bajo el microscopio son espermatozoides con la cabeza de color verde fluorescente."
Aunque la fragmentación del ADN espermático también se observa en individuos sanos, la literatura médica indica que cuando afecta a más del 20% de los espermatozoides, los pacientes presentan una significativa disminución de la fertilidad y puede considerarse patológica.
Esta condición es más frecuente en varones de más de 45 años, que estuvieron expuestos a tóxicos ambientales, como el tabaco, que tienen varicocele (várices del cordón espermático) o que se desempeñan en ámbitos laborales hostiles (los muy calurosos o muy fríos).
"Estos espermatozoides nadan igual que los otros y, a simple vista, están igual que los sanos; el impacto negativo se produce cuando se los utiliza en una técnica de reproducción -dice Kopelman-. Puede verificarse la formación del embrión, la implantación e incluso evolución hacia el embarazo, pero luego sobreviene la falla reproductiva." Pero, según Alvarez Sedó, aunque haya un 30% o más de espermatozoides con fragmentación del ADN, utilizando la separación magnética por columnas de Anexina existe la misma posibilidad de lograr un embarazo que con un 20 por ciento.

Comentarios

  1. yo queria avances del campo no de esto pongan lo que dicen por su culpa me van A VAGAR ESCALA...

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  2. or qué no escribís toda la frase, Anónimo? No comprendo lo que querés decir...

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