PRIMER MUNDO EXTRASOLAR QUE PODRÍA TENER VIDA


David Shiga
New Scientist
LONDRES.- Un equipo de cazadores de planetas descubrió el primer mundo extrasolar que podría albergar vida en su superficie. Se encuentra a la distancia correcta de su estrella como para potencialmente contener agua líquida y podría tener una composición rocosa similar a la de la Tierra.

"Es el más excitante exoplaneta que he visto hasta ahora", dijo James Kasting, de la Universidad Estatal de Pensilvania, Estados Unidos, que no participó del hallazgo.

El planeta orbita en torno de una pequeña estrella enana roja llamada Gliese 581, que se encuentra a 20 años luz de la Tierra. Ya se conocían cuatro planetas en torno de este sol, dos de ellos ubicados cerca de los límites internos y externos de la zona habitable, donde el agua líquida -y por lo tanto, potencialmente, la vida- podría existir en su superficie.

Uno de esos planetas, que recorre una órbita de 13 días, parece demasiado caliente como para tener agua líquida. El otro, con una órbita de 67 días, quizá sea lo suficientemente templado como para albergar agua líquida, pero su estatus no ha sido completamente establecido, dijo Kasting. Las opiniones "quizá sigan yendo y viniendo, debido a que se encuentra suspendido justo cerca del límite exterior", agregó.

El nuevo planeta, llamado Gliese 581 g, se encuentra en medio de sus compañeros frío y caliente. "Está en el medio de la zona habitable, así que es el candidato perfecto", dijo Kasting, que ha estudiado los dos planetas que se encuentran en los bordes de esa zona.

Steven Vogt, de la Universidad de California en Santa Cruz, Estados Unidos, y Paul Butler, del Instituto Carnegie, de Washington, emplearon el telescopio Keck de 10 metros, en Hawai, para medir las oscilaciones de su estrella en respuesta a la atracción gravitatoria de sus planetas. Combinaron luego los datos obtenidos con las mediciones publicadas por Michael Taylor, del Observatorio de Ginebra, Suiza, obtenidas con el telescopio de 3,6 metros del Observatorio Europeo del Sur, en Chile.

Las oscilaciones revelaron la existencia de dos planetas hasta ese entonces desconocidos en torno de la estrella, lo que suma un total de seis planetas. Uno tiene aproximadamente siete veces la masa de la Tierra y una órbita de 433 días, pero se encuentra demasiado lejos de su estrella como para poder contener agua líquida.

El otro, Gliese 581 g, descansa en la zona habitable y tiene una órbita de 37 días. Su masa es entre 3,1 y 4,3 veces la de la Tierra.

Su masa relativamente pequeña significa que debe de estar constituido mayormente de roca, como la Tierra. Las simulaciones muestran que los planetas que tienen una masa 10 veces mayor que la de la Tierra contienen mucho gas, lo que los convierte en gigantes inhabitables como Júpiter, carentes de una superficie sólida o líquida capaz de proveer un lugar donde la vida se aferre.

Algunos planetas gigantes han sido previamente hallados en las zonas habitables de sus estrellas, pero generaron menos entusiasmo, porque su estructura es poco hospitalaria.

Un mundo distinto

Las condiciones del nuevo planeta serían muy diferentes de las de la Tierra. La estrella anfitriona es una enana roja de baja masa, que tiene sólo el 1% del brillo de nuestro Sol. Debido a que emite tan poca luz y calor, su zona habitable se encuentra mucho más cerca que la del Sol.

A distancias tan cortas, los planetas que se encuentran dentro de esa región experimentan un "tirón" gravitatorio muy fuerte de la estrella, lo que probablemente haga más lenta con el tiempo su rotación hasta que se detenga, dejando siempre el mismo lado de cara a la estrella, del mismo modo en que la Luna siempre muestra su misma cara a la Tierra.

Eso significaría un día perpetuo en una de las caras del planeta y sombra permanente en la otra. Una primera aproximación sugiere que la temperatura sería de 71°C en el lado iluminado y de -34°C en su cara nocturna, si bien los vientos podrían suavizar las diferencias al redistribuir el calor en todo el planeta.

Al viajar de un lado al otro del planeta, uno se encontraría con un rango intermedio de temperaturas, dijo Vogt. "El lugar más confortable en este planeta se encontraría a lo largo de lo que llamamos terminator, la línea que divide la luz de la oscuridad -dijo-. Uno básicamente vería la estrella apoyada sobre el horizonte, en un eterno amanecer o anochecer."

Este descubrimiento sugiere que los planetas habitables deben ser bastante comunes, y que entre un 10 y un 20% de las enanas rojas y estrellas como el Sol los albergarían, dijeron los autores del hallazgo.

Gliese 581 es una de tan sólo nueve estrellas que se encuentran a esa distancia que han sido estudiadas con suficiente precisión como para revelar la presencia de planetas en la zona habitable.

"Si uno toma el número de estrellas de nuestra galaxia -unos pocos cientos de miles de millones- y lo multiplica por el 10 o el 20%, termina con entre 20 y 40.000 millones de planetas potencialmente habitables allí afuera -dijo Vogt-. Es un número muy grande."

Aunque el nuevo planeta se encuentra en una región habitable, no es probable que averigüemos pronto si realmente se encuentra habitado. Una forma de determinarlo sería medir el espectro de luz del planeta, lo que podría revelar la presencia de moléculas de oxígeno o de otros posibles signos de vida en la atmósfera. Pero el irresistible resplandor de su estrella hace imposible realizar esas mediciones con los instrumentos actuales.

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