CONTRADICTORIEDADES POR LAS COMPUTADORAS EN LOS COLEGIOS

Profesores discuten apoyo al Plan Ceibal

Carolina Porley

Fue la primera vez que la Asamblea Técnico Docente (ATD) nacional trató el tema del Plan Ceibal. Delegados de los profesores de todo el país se reunieron entre el 2 y el 7 de marzo y discutieron la llegada de las XO a la educación secundaria: el resultado fueron críticas más o menos duras y un gran escepticismo.
La discusión se dio sin manejar materiales previos, tan sólo recogiendo las opiniones que traían los docentes de sus experiencias. En algunos departamentos (como Florida), ya desde 2008 los alumnos de primer año tenían las XO que les habían entregado en la escuela. En el resto del Interior esto ocurrió en 2009, y en Montevideo y Canelones en 2010.
Según explicó a Brecha el profesor Carlos Rivera, miembro de la mesa permanente de la ATD, en la discusión se identificaron dos posturas: “una crítica pero de aceptación de la propuesta, tomando en cuenta que la herramienta informática ya existe en Secundaria desde hace años. Se trató de una aceptación crítica de la herramienta con cuestionamientos al Plan Ceibal por la sujeción del país a préstamos internacionales, y por aspectos ideológicos asociados al Instituto Tecnológico de Massachusetts”, donde trabaja Nicholas Negroponte, creador del programa Una Laptop por Niño (OLPC, por su sigla en inglés), adoptado en Uruguay por primera vez en el mundo.
La otra posición fue más dura aun, y se trató de “un rechazo absoluto”. “Grosso modo los argumentos fueron del tipo ‘es unanueva forma de imperialismo’, ‘supone más endeudamiento para el país’, ‘a los liceos les faltan cosas más importantes que computadoras para los estudiantes’, entre otros”, explicó el docente.
Estas posiciones fueron reflejadas en el informe final de la ATD, en unas cinco páginas de su capítulo dedicado al Plan Ceibal.
El texto fue aprobado en general pero no en particular, o sea, de él no se deduce la posición de la ATD respecto al tema, sino las posturas manejadas por sus miembros.
El próximo jueves 27 de mayo la discusión se “bajará” a los cuerpos docentes de cada liceo. Ese día se realizarán las ATD liceales.
A la pregunta sobre si, más allá de los argumentos ideológicos, hubo planteos relativos a los aspectos pedagógicos vinculados a la inclusión de las laptops en el aula, Rivera explicó que profesores que vienen de liceos cuyos alumnos tienen las XO contaron sus experiencias. Los relatos fueron muy variados y dependían en gran medida de la experiencia de los estudiantes en la escuela: “Hay todo un abanico. En algunos casos las maestras trabajaron muy bien con las máquinas, tuvieron iniciativa, e incluso coordinaron con los profesores la transición y la continuidad de ese trabajo. En otros, las maestras establecían que la máquina se traía dos veces por semana y se usaba para cosas como buscar información en Internet o hacer los deberes. En muchos casos la XO la usaba el niño para los jueguitos y prácticamente no la llevaba a la escuela. Ahora tampoco la lleva al liceo”, contó el docente, que subrayó la prácticamente nula formación que tuvieron los profesores en cuanto al uso de la “ceibalita”. “Cómo vamos a incorporarla en el aula si no sabemos cómo se usa?”, explicó.
Hasta ahora la formación que han tenido los docentes de educación media en el tema se restringe a algunas jornadas en algunos liceos, y una instancia que se organizó antes del inicio de las clases que fue obligatoria para los profesores de primer año, donde se explicó el funcionamiento de la
XO. Docentes que participaron en esa instancia contaron a Brecha que allí había desde quienes no sabían ni cómo se prendía la máquina a quienes, con un conocimiento de la herramienta mayor, pudieron captar las singularidades de ese tipo de computadora.

SEÑALES CONTRADICTORIAS. El Plan Ceibal aterrizará en julio en los liceos, donde de hecho ya hay una experiencia de 15 años de inclusión de la informática como asignatura. La historia, opinan los entendidos, muestra lo contradictorio que ha sido el discurso oficial con respecto a la valorización de este recurso.
Desde que en 1996 se instalaron las primeras salas equipadas y se incorporó la informática como asignatura en el Ciclo Básico, su aprovechamiento no ha sido fácil dados los “prejuicios culturales” y “estigmatizaciones” de las que ha sido objeto, afirmó a Brecha Pablo Romero, profesor de filosofía e informática.
En los últimos cambios incorporados a los planes de estudio (Reformulación 2006) el Consejo de Secundaria recortó las horas de clase de la asignatura (de cinco horas semanales a cuatro en los cursos de primero y segundo año de Ciclo Básico). También recortó a la mitad los docentes de informática por grupo (antes eran dos, ahora es uno), y recientemente se disminuyó en un 50 por ciento los cargos asignados a los docentes responsables de los laboratorios de informática.
En un artículo publicado en el boletín de marzo de la Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES), Romero denunció esta situación, así como la falta de actualización de los programas y la contradicción entre esta política y la extensión del Plan Ceibal.
“No es gratuita la aversión que se tiene con informática, tanto desde las autoridades educativas de izquierda como desde los propios gremios docentes (los cuales en absoluto han salido ni saldrán a denunciar esta situación), en la medida que la disciplina padece un ‘doble estigma’: a) es ‘hija directa’ de la ‘reforma Rama’ (…), por lo cual los gremios docentes la han visto con muy poca simpatía; y es considerada una materia ‘instrumental’, alejada de los presupuestos ‘humanistas’ e ‘ilustrados’ que dominan en el imaginario docente. Su fragilidad política es tal que no es necesario para las autoridades ni siquiera notificar o explicar por qué se le reducen horas. ¿Qué pasaría si esos procedimientos se dieran con disciplinas como Historia, Matemática, Literatura o alguna otra materia ‘fuerte’?, se preguntó.
De hecho hoy está instalada una discusión en Secundaria respecto a si vale la pena continuar con las clases de informática.
Se sostiene que esa materia le está aportando muy poca cosa a los alumnos. Enseñar a usar el Word a un alumno de 12 años que utiliza la computadora desde la escuela no tiene sentido. Incluso se afirma que muchas veces, sobre todo en lo relativo al uso de Internet, los alumnos suelen tener un dominio mayor que el docente a cargo del curso.
Ante esta situación hay una propuesta para transformar los cursos de informática en un taller pensado de forma transversal o multidisciplinario, para que la herramienta sea utilizada en todas las asignaturas.
Esto sería algo parecido al concepto de los “laboratorios de informática”, creados para que los docentes de las distintas asignaturas puedan utilizarlos en sus clases, o para que los estudiantes usen las máquinas en sus tiempos libres para buscar material o hacer los trabajos domiciliarios.
Sin embargo, y según explicó Romero a Brecha, esto no ocurre así y las salas de informática están subutilizadas en casi todos los liceos. No sólo por problemas de horario -los alumnos sólo pueden ingresar a ellas con un profesor o cuando está el docente asignado a la sala, y éste tiene una carga horaria de 24 horas semanales, o sea cuatro horas por día- sino porque de hecho no hay demanda: los docentes no llevan a sus grupos y los alumnos no las usan por su
cuenta.
“Del mismo modo, hoy los estudiantes de primero y segundo no están llevando las ceibalitas a clase. Esto tiene varias explicaciones. Por un lado, la carga de la batería dura dos horas y eso es toda una complicación. Pero además los docentes no saben qué hacer con ellas”, explicó.
Romero puso el énfasis en la existencia de un problema de fondo con la informática y que se explica por “juicios o prejuicios intelectuales” que dominan en el sistema educativo, más allá del discurso oficial sobre el Plan Ceibal, las nuevas tecnologías y la reducción de la brecha digital.
“Tampoco es extraño que sea inglés la otra materia que perdió horas dentro de la nueva reformulación impulsada en este período. Forma parte de una misma visión de lo educativo. Se considera que inglés e informática son meramente “instrumentales” o “menores”, según cierta concepción “ilustrada y humanista”.
Mientras tanto, el mundo va hacia otros lados”, apunta Romero.
Este docente alerto que si no se apuesta a la enseñanza de la informática en lugar de su eliminación como asignatura y no se refuerzan los recursos docentes, los
estudiantes no van a aprender realmente algo sobre esta disciplina, porque las ceibalitas no van a tener un “efecto mágico”.
Para él, la informática debería estar presente a lo largo de los seis años de educación media, con planes de estudio actualizados y con la creación de un bachillerato de informática en Secundaria, como el que tiene UTU. Según este planteo, no basta con enseñar “el paquete del Office”, o cómo navegar en Internet o crear un blog. Más bien sería necesario introducir a los adolescentes en el mundo de la informática como ciencia, incorporando conocimientos de programación, de modo de que sirva de base propedéutica para carreras terciarias vinculadas a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), hoy en pleno crecimiento y con desempleo cero.

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