Hacia el final, con dignidad - Caso Eluana

Hasta el final, con dignidad
Por: Andrés Gil DomínguezFuente: PROFESOR DE DERECHO CONSTITUCIONAL (UBA, SALAMANCA)
El caso "Eluana" en Italia posibilita realizar un análisis de la eutanasia en el marco de un Estado constitucional de derecho.Vivir con dignidad hasta el último momento es un planteo biográfico que se podrá elogiar o detestar pero nunca prohibir. Vivir y dejar morir se incluye dentro del ámbito normativo de la libertad de intimidad. Si bien el concepto de eutanasia remite etimológicamente a la idea de una "buena muerte", su conexión no es con la muerte sino con la vida: se trata de cómo queremos vivir.La muerte es un inmodificable punto común de todos los humanos, pero la vida es posible desandarla según el recorrido biográfico de cada uno. Desde la perspectiva constitucional, la eutanasia se encuadra en el derecho a la vida en sus finales. No existe en este supuesto una colisión con un derecho fundamental titularizado por una persona distinta (como sí sucede en el aborto voluntario) sino la necesaria determinación del radio de actuación del mencionado derecho. De manera tal que si una persona adulta por sí o por terceros (y de esto existe prueba indubitable), adoptó la decisión de no someterse a un determinado tratamiento aun a costa de su vida o de no padecer cierta patología, esta forma autobiográfica no puede ser impedida sin que esto implique una clara violación de su derecho fundamental basada en un perfeccionismo contrario al Estado constitucional de derecho. En estos casos, no se requiere ninguna clase de autorización judicial, por cuanto es la propia regla de reconocimiento constitucional la que permite la realización de dicha conducta. Defender la autonomía como eje biográfico no implica destruir ninguna convicción ancestral de que toda vida humana tiene un valor sagrado. Al contrario, permite subjetivizar a la persona a partir de la configuración de lo sagrado como una construcción que se genera desde adentro y no es impuesta desde fuera. Y si de cultura de la muerte hablamos, sólo basta recordar que en la historia de la humanidad incalculables vidas han perecido por el solo hecho de creer en otro Dios, no creer en Dios o simplemente creer en la ciencia. Publicado por Diario Clarín, 14de Febrero/2009

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